Cáritas alerta de que la inseguridad alimentaria y nutricional alcanzará «niveles nunca vistos» en África

MADRID, 04 (SERVIMEDIA)

Cáritas alertó este miércoles de que la inseguridad alimentaria y nutricional alcanzará «niveles nunca vistos» en diversas zonas del Sahel y el Cuerno de África y se ha sumado al llamamiento de Cáritas África sobre una acción «urgente» frente a la sequía y la hambruna en el continente, agravada por el aumento de precios de la cesta básica por la guerra en Ucrania.

En un comunicado, la organización católica recordó que en las regiones del Cuerno de África y del Sahel millones de personas se enfrentan a la sequía y a la hambruna. Cáritas África estima que entre 15 y 16 millones de personas en Etiopía, Kenia y Somalia necesitan asistencia alimentaria inmediata.

Además, las malas cosechas de cereales de este año en Níger, Mali, Burkina Faso y Chad colocan a su población en una situación muy desfavorable ante el periodo de escasez que está a punto de empezar. Sudán del Sur enfrenta su tercer año consecutivo de inundaciones, un importante repunte de la violencia intercomunitaria y una inestabilidad política que lo sitúa ante el peligro de una nueva guerra civil, mientras 8,9 millones de personas necesitan ayuda humanitaria urgente.

«Las previsiones para este verano apuntan a que la inseguridad alimentaria y nutricional va a alcanzar niveles nunca antes vistos en diversas zonas del Sahel», advirtió Gabriela Cabrera-Serra, cooperante regional de Cáritas Española en el Sahel y residente actualmente en Burkina Faso.

Una reciente declaración de Cáritas África denuncia que «mientras la atención mundial se centra en la crisis de Ucrania, los esfuerzos por ayudar a salvar vidas en el África Subsahariana son lamentablemente inadecuados».

IMPACTO DE LA GUERRA

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La deficiente financiación global para responder a la sequía y a la hambruna se ve agravada por el impacto de la guerra en Ucrania en la cadena mundial de suministro de alimentos. Las consecuencias económicas de esta crisis bélica se suman además a la pandemia de covid-19 y a los conflictos armados que viven diversos territorios africanos y que provoca desplazamientos forzados. Kenia y Burkina Faso compran a Rusia o Ucrania, por ejemplo, el 30%del trigo que consumen, mientras que en Etiopía representa el 40% y en Somalia el 90%.

«Los graneros nacionales están en niveles bajos, las reservas son insuficientes en los hogares campesinos y existe una mayor dependencia de los mercados globales de alimentos, a los que la guerra de Ucrania ha perturbado disparando precios y dificultando su transporte», precisó Cabrera-Serra.

A la escasa disponibilidad de alimentos hay que sumarle el difícil acceso a los mismos, tanto físico (debido a los múltiples conflictos violentos abiertos en la región que impiden la libre circulación de personas y mercancías), como económico (por al aumento de precios de la cesta básica en unas economías familiares que no han dejado de empobrecerse en los últimos años).

Las Cáritas de los países del Sahel, con el apoyo de Cáritas Española, están llevando a cabo desde hace años diversos programas de seguridad alimentaria y nutricional, de protección y fortalecimiento de los medios de vida campesinos y de mejora de la disponibilidad y el acceso al agua en las comunidades más vulnerables y con mayores riesgos de hambruna, gracias al apoyo de sus socios y donantes, tanto públicos como privados y particulares.

En este momento, los esfuerzos humanitarios se centran en los territorios más afectados de Sudán del Sur, Etiopía y Kenia, donde Cáritas Española interviene a través de las Cáritas locales garantizando una ayuda de calidad enfocada además a reforzar capacidades y ofrecer oportunidades de recuperación en el corto y medio plazo.