¿Cuáles son los 3 tipos de té con mejor sabor?

El té se ha convertido en uno de los grandes aliados para las entrehoras. Más allá de su capacidad diurética y sus beneficios dependiendo del tipo de hoja, se ha ganado el favor de la sociedad gracias a los sabores.

Mientras que antes parecía solo un hábito británico que se exportaba solo en cierto sector de la sociedad, el hecho de que cada vez haya más plantaciones de tés orgánicos en Europa permiten también tener un producto único, de cercanía y, sobre todo, siendo el tercer líquido más ingerido, saludable.

En principio Azores pero ahora también en zonas como Galicia, las plantaciones de té están revolucionando gracias a las variedades el mercado europeo.

Y es que todos los beneficios que trae esta planta al organismo, más allá de su sabor, han quedado demostrados en numerosos estudios que hablan de la forma que tiene de ayudar con la digestión, el ánimo, la retención de líquidos o incluso el sistema nervioso.

Gracias a la eliminación de herbicidas, pesticidas o fertilizantes no naturales, el té orgánico consigue, en sus mezclas, unos aromas y toques que conquistan a los paladares más exquisitos. De hecho, la apuesta por evitar cualquier añadido que pueda perjudicar la calidad natural de esta planta está siendo un avance de gigantes para el consumo.

Pero, ¿cuáles son los tés con mejor sabor?

Aunque hacer una selección tiene mucho que ver con el criterio propio, se buscará intentar ofrecer tres perfiles de sabor para tres gustos distintos.

En primer lugar vamos por esos paladares que gustan del cítrico, de esos toques ácidos que, junto con el mentolado, dejan un sabor final refrescante. Para ello, nada como la combinación de té con limón o menta, incluso para los más golosos con un toque de vainilla que endulce en un primer momento. El aroma de este tipo de mezcla es fresco y primaveral, lo que también ayuda en la infusión en frío.

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Para continuar, nada como dar ese toque dulzón que ofrece el té blanco, por ejemplo, con melocotón y pera. Un gusto único que permite al paladar disfrutar de un sabor casi invocador de la infancia. A este se podría unir el té negro con coco y piña para disparar ese sabor exótico o el gingerbread que lleva a esos olores de las mejores tahonas.

Finalmente, el toque picante se podría conseguir con un té oolong con jengibre, más típico de zonas como Tailandia y que acompaña a esos días de calor donde la retención de líquidos puede acabar siendo un problema y que, gracias a estas combinaciones, permite depurar y drenar el organismo.

Sea como sea, con la cantidad de opciones del mercado que hay, es fácil dar con uno que sea el que de verdad convence para convertirse en consumidor habitual. Té blanco, negro, verde, oolong…con especias, con mezcla de infusiones, con fruta con edulcorantes naturales como la miel…todo es válido, todo sirve para tener una cita, como dirían por el Reino Unido, a las cinco en punto de la tarde. O durante todo el día.