Innovar con recetas vegetarianas en verano es todo un reto. Conseguir un menú semanal que sea sano, sorprenda al paladar y no acabe siendo un aburrimiento es el reto de toda casa y, para ello, nada como apostar por las especias.

¿Qué tal un reto de legumbre? Hay una receta que invoca a los paladares más atrevidos gracias al curry, una especia que puede ser más o menos picante dependiendo de la mezca que desarrollen para llegar a ella. Firma de platos asiáticos e hindúes, es clave para sorprender con el ingrediente principal al que acompañe.

En este caso, se eligen los garbanzos por su versatilidad no solo en ensalada sino en primeros platos.

Este plato, llamado chana masala, admite junto al principal alguna verdura como el brócoli o incluso cebolla y tomate.

Lo primero es preparar la legumbre. Actualmente en el mercado hay botes de garbanzos cocidos que pueden ahorrar tiempo. Eso sí, es mucho más recomendable hacerlo uno mismo. En zonas en el que se cultive el garbanzo se puede conseguir un producto bueno, recién recolectado y con precios muy competitivos que tienen un sabor único.

Basta ponerlo a cocer para que ablande después de dejarlo una noche en remojo. En menos de 30 minutos estará listo para comenzar la receta.

En una sartén, se empieza a dorar una cebolla con un dedo de aceite de oliva. Aquí, los más arriesgados apuestan también por incluir semillas de comino a la receta, pero eso va al gusto. Con o sin ello estará rico igual. Sí es cierto que la receta hindú original incluye el comino para dar ese contraste de sabor.

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A la vez, en un mortero, se pone ajo, una cucharada de jengibre (aromático como pocos), pimientos verdes y unas hojas de cilantro y se va machacando hasta conseguir una masa homogénea que se añadirá a la cebolla y comino en la sartén para que el sofrito se ligue. Una vez está casi seco, se deben añadir los tomates enteros a la sartén para que vayan cocinándose poco a poco en su propio jugo.

Muchos son los que prefieren pelarlos antes de incorporarlos. Eso va al gusto. Lo importante es que sean jugosos porque será su propio líquido el que consiga dar consistencia al sofrito, al que se le incorporarán los garbanzos para que se cuezan juntos durante al menos 20 minutos junto con un par de cucharadas de curry.

Este plato es perfecto para acompañarse con arroz, aportando un aporte proteínico único y, sobre todo, vegetariano.